"Si usted se ha alejado de Dios, si ha reincidido o no es salvo o es incrédulo, atrévase a creer que Dios lo ama. Atrévase a creer que Él envió su Hijo unigénito a dar su vida en rescate por usted. Y atrévase a creer que si usted cree en Él, usted tendrá la vida eterna. Si usted ha sido un vagabundo de Dios, atrévase a volver a casa. No añada a sus pecados el de no querer venir a casa.
Una adolescente siente el impulso de huir de su casa, y se escapa y toma un trabajo en un restaurante en algún lugar. Entonces lee en el periódico o escucha por la radio que su acongojada madre quiere que vuelva a casa. Pero está tan avergonzada de sí misma que siente que no puede volver a casa después de haber hecho lo que hizo. ¿Por qué rehúsa volver a casa, cuando su madre quiere que vuelva? ¿Y por qué debería usted añadir este golpe al corazón de Dios? Por cierto, usted no merece volver. Y sí, es humillante hacerlo. Pero ¿va a añadir un pecado más a su cuenta rehusándose a creer que Dios lo ama?
Dios nunca quita la lámpara de la ventana cuando usted está lejos; sigue allá. Cada noche le pone aceite fresco, recorta la mecha y dice: “¡Tal vez ella vuelva esta noche! ¡Quizás él regrese a casa esta noche!”. Se dice que el pródigo “levantándose, vino a su padre” (Lucas 15:20).
¿Se levantará y vendrá usted también?"
A. W. Tozer
Una adolescente siente el impulso de huir de su casa, y se escapa y toma un trabajo en un restaurante en algún lugar. Entonces lee en el periódico o escucha por la radio que su acongojada madre quiere que vuelva a casa. Pero está tan avergonzada de sí misma que siente que no puede volver a casa después de haber hecho lo que hizo. ¿Por qué rehúsa volver a casa, cuando su madre quiere que vuelva? ¿Y por qué debería usted añadir este golpe al corazón de Dios? Por cierto, usted no merece volver. Y sí, es humillante hacerlo. Pero ¿va a añadir un pecado más a su cuenta rehusándose a creer que Dios lo ama?
Dios nunca quita la lámpara de la ventana cuando usted está lejos; sigue allá. Cada noche le pone aceite fresco, recorta la mecha y dice: “¡Tal vez ella vuelva esta noche! ¡Quizás él regrese a casa esta noche!”. Se dice que el pródigo “levantándose, vino a su padre” (Lucas 15:20).
¿Se levantará y vendrá usted también?"
A. W. Tozer
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