“Oí hablar de una mujer que había estado tratando durante mucho tiempo, exactamente como muchos de ustedes, de ser mejor y mejor. Ella intentaba salvarse, pero no hizo ningún progreso. Una noche se durmió, en un estado muy atribulado de su mente, y tuvo un sueño. Pensó que estaba en un hoyo esforzándose por salir, subiendo y resbalando, subiendo y resbalando, subiendo y resbalando; por fin ella renunció a su esfuerzo, y se tendió en el fondo del hoyo para morirse.
Sucedió que al mirar hacia arriba, vio a través de la boca del hoyo una hermosa estrella. Fijó sus ojos en ésta; y parecía como si la estrella la elevara hasta que ella casi estaba fuera. Pero ella volvió a pensar en sí misma; miró a los costados del hoyo: inmediatamente perdió de vista la estrella, y bajó al fondo del hoyo. De nuevo fijó sus ojos sobre la estrella; y de nuevo parecía alzarla casi afuera. Pero una vez más ella apartó la vista de la estrella, y se miró a sí misma; ¡cayó de nuevo en el hoyo! La tercera vez fijó sus ojos en la estrella y fue alzada más y más alto, hasta que de repente sus pies se asentaron sobre la tierra, y ella despertó de su dormir.
Dios le enseñó una lección por el sueño. Ella aprendió que si alguna vez sería salvada, ella debía dejar de afanarse, y permitirle a Jesucristo salvarla. ¡Mis amigos, dejen el esfuerzo hoy! Ustedes lo han intentado mucho tiempo y duramente. Ha sido una batalla dura, ¿no es así? Déjela; y repose en los brazos de Jesucristo. Dígale “Señor, yo vengo a ti como un pobre pecador; ¿quieres salvarme y ayudarme?” “El regalo de Dios es vida eterna”. Es ofrecido a todos: ¿quién lo tendrá?”
"Pues la paga que deja el pecado es la muerte, pero el regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor."(Romanos 6:23 NTV)
D. L. Moody, libro La Gracia Soberana
Sucedió que al mirar hacia arriba, vio a través de la boca del hoyo una hermosa estrella. Fijó sus ojos en ésta; y parecía como si la estrella la elevara hasta que ella casi estaba fuera. Pero ella volvió a pensar en sí misma; miró a los costados del hoyo: inmediatamente perdió de vista la estrella, y bajó al fondo del hoyo. De nuevo fijó sus ojos sobre la estrella; y de nuevo parecía alzarla casi afuera. Pero una vez más ella apartó la vista de la estrella, y se miró a sí misma; ¡cayó de nuevo en el hoyo! La tercera vez fijó sus ojos en la estrella y fue alzada más y más alto, hasta que de repente sus pies se asentaron sobre la tierra, y ella despertó de su dormir.
Dios le enseñó una lección por el sueño. Ella aprendió que si alguna vez sería salvada, ella debía dejar de afanarse, y permitirle a Jesucristo salvarla. ¡Mis amigos, dejen el esfuerzo hoy! Ustedes lo han intentado mucho tiempo y duramente. Ha sido una batalla dura, ¿no es así? Déjela; y repose en los brazos de Jesucristo. Dígale “Señor, yo vengo a ti como un pobre pecador; ¿quieres salvarme y ayudarme?” “El regalo de Dios es vida eterna”. Es ofrecido a todos: ¿quién lo tendrá?”
"Pues la paga que deja el pecado es la muerte, pero el regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor."(Romanos 6:23 NTV)
D. L. Moody, libro La Gracia Soberana
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