Introducción
Decidí escribir esta obra porque la escritura se está volviendo una pasión en mi vida. La descubrí hace muy poco tiempo. De chico no me gustaba la lectura, prefería las matemáticas; pero hace unos años halle en los libros encuentros divinos que me acercaron más a Dios. Escribiendo intento aportar mi granito de arena para extender su reino. Un escritor dijo:
“La pluma es más poderosa que la espada”
(Edward Bulwer-Lytton)
La Biblia dice algo parecido:
“La Palabra de Dios es más cortante que toda espada de dos filos” (Hebreos 4:12)
No es coincidencia que este fue el primer versículo que leí en una iglesia, cuando tenía unos 8 años.
La idea de la historia surgió al querer entender el libro de Cantares. Quise desarrollar una trama inspirada en el libro. Despertar la inquietud del lector y que descubriera que en cada escena había algo más profundo que el simple relato.
Jesús captaba la atención de la gente y atraía a multitudes, cuando contaba parábolas. Esas historias escondían poderosas revelaciones de su reino.
Los viñedos de Sunem intenta ser como una de esas parábolas, una red que atrape tanto a cristianos, como a no creyentes, que aún no descubrieron el inmenso amor de Dios. Usando los personajes y lugares de Cantares, además de la cultura de la época; desarrolle un relato que comienza en la estación de otoño y finaliza en verano.
La historia es una trama que conecta muchas escenas que el autor presenta aisladas en el libro. Salomón compuso un canto o poema, no un relato cronológico, la idea de esta obra es brindar ese relato.
Cuando componía la historia, las palabras fluían. A veces debía parar porque mis ojos se llenaban de lágrimas y mi corazón se estremecía viéndome reflejado espiritualmente en una escena. Oro a Dios para que el lector tenga esa misma experiencia, con la intervención del Espíritu Santo.
Agradecimientos
Quisiera agradecer y dedicar esta obra a Dios primeramente, porque es el motivo de mi existencia, sin Él esta historia no tendría sentido.
A mi esposa Noelia, muchos de los detalles fueron inspirados en ella y en nuestra relación de amor. También a mi hijo Lucas que es el fruto de ese amor.
A mis padres y pastores porque soy el resultado de su cariño, trabajo y dedicación. Y mis hermanas y familia con los que compartí hermosos momentos de mi vida y me brindan todo su amor.
A los hermanos de la fe, que cada semana compartimos la preciosa presencia de Dios y crecemos juntos en el camino del Señor.
Además de cada profesor y miembros del equipo del Instituto MiSion, que son una inspiración para mi vida. Por su pasión por Dios y su total entrega al servicio del Reino.
Nestor Esteban Jacque
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