Tommy Tenney relata que Dios lo llevo a visitar una iglesia, sin aviso ni invitación previa. Al llegar se encontró que el pastor se había reunido con su congregación, para tener un tiempo de oración intensa. Tommy se ubicó como uno más, el pastor lo pudo reconocer y dijo que había soñado que el vendría a su iglesia. Lo invitaron a la plataforma, luego de unos minutos de hablar a la congregación, las ventanas del Cielo se abrieron. El peso de gloria de Dios se hizo sentir en ese lugar. Cuando Dios se manifiesta de esa manera, nos damos cuenta que necesitamos cubrirnos en arrepentimiento. Las personas caían al piso llorando bajo la poderosa presencia de Dios. Los programas de las iglesias nunca lograran que esto ocurra, Dios desciende sobrenaturalmente cuando hay quebrantamiento y desesperación por su presencia.
¿Qué significa un cielo abierto? Es un lugar de fácil acceso a Dios. Existen tres cielos. El tercer cielo es la morada de Dios y los ángeles. Su gobierno afecta los demás cielos. El segundo cielo es una dimensión espiritual en la tierra donde opera Satanás y sus demonios. Y el primer cielo es de carácter natural, donde el hombre tiene dominio.
El adversario tiene la meta de impedir que las respuestas de las oraciones del pueblo lleguen a la tierra, porque el cielo intermedio es su territorio por ahora. Lo que hace abrir los cielos son corazones contrictos y humillados. Ese es el sacrificio que hace subir olor grato hacia su trono en el cielo. La leña estaba preparada, la congregación reunida en oración, los corazones ardían en arrepentimiento. Dios percibió ese grato aroma y decidió enviar su fuego santo, y su gloria consumió el sacrificio.
David cometió el error de transportar el arca del pacto en un carro nuevo tirado por bueyes. Ese error costo una vida. David descubrió que el arca debía ser llevada en los hombros de los levitas. La presencia de Dios no es traía a la iglesia a través de programas o métodos humanos, sino transportada por corazones adoradores. No existen fórmulas ni atajos, es producto del hambre y una búsqueda apasionada por conocer más a Dios.
Muchos utilizan el método de carreta nueva y bueyes porque no tienen que sudar. Pero los verdaderos adoradores sudan. Cuando sudamos, trabajamos y es una transferencia de valor de nosotros hacia Dios. Eso significa pagar el precio. Jesús llevo su carne a una extrema obediencia hasta sudar sangre en el jardín de Getsemaní. La mayoría de los cristiano no están interesados en pagar un precio por la presencia de Dios y que para que surja un avivamiento. Jesús en la cruz anulo los sacrificios de animales, pero no anuló el concepto de sacrificio de adoración. Por eso Dios espera nuestros sacrificios y responderá a ellos. Él quiere avivar el fuego en nuestros corazones, y expandirlo en la iglesia y nuestra ciudad.
La acción de gracias nos lleva a la puerta del tabernáculo. La alabanza a los atrios. Pero la adoración nos introduce en el interior de su casa, hacia su presencia y gloria. La forma en que podemos abrir los cielos en nuestras iglesias y ciudades es siendo adoradores persistentes, dadivosos y unidos, que están dispuestos a sacrificarlo todo por Jesús.
¿Qué significa un cielo abierto? Es un lugar de fácil acceso a Dios. Existen tres cielos. El tercer cielo es la morada de Dios y los ángeles. Su gobierno afecta los demás cielos. El segundo cielo es una dimensión espiritual en la tierra donde opera Satanás y sus demonios. Y el primer cielo es de carácter natural, donde el hombre tiene dominio.
El adversario tiene la meta de impedir que las respuestas de las oraciones del pueblo lleguen a la tierra, porque el cielo intermedio es su territorio por ahora. Lo que hace abrir los cielos son corazones contrictos y humillados. Ese es el sacrificio que hace subir olor grato hacia su trono en el cielo. La leña estaba preparada, la congregación reunida en oración, los corazones ardían en arrepentimiento. Dios percibió ese grato aroma y decidió enviar su fuego santo, y su gloria consumió el sacrificio.
David cometió el error de transportar el arca del pacto en un carro nuevo tirado por bueyes. Ese error costo una vida. David descubrió que el arca debía ser llevada en los hombros de los levitas. La presencia de Dios no es traía a la iglesia a través de programas o métodos humanos, sino transportada por corazones adoradores. No existen fórmulas ni atajos, es producto del hambre y una búsqueda apasionada por conocer más a Dios.
Muchos utilizan el método de carreta nueva y bueyes porque no tienen que sudar. Pero los verdaderos adoradores sudan. Cuando sudamos, trabajamos y es una transferencia de valor de nosotros hacia Dios. Eso significa pagar el precio. Jesús llevo su carne a una extrema obediencia hasta sudar sangre en el jardín de Getsemaní. La mayoría de los cristiano no están interesados en pagar un precio por la presencia de Dios y que para que surja un avivamiento. Jesús en la cruz anulo los sacrificios de animales, pero no anuló el concepto de sacrificio de adoración. Por eso Dios espera nuestros sacrificios y responderá a ellos. Él quiere avivar el fuego en nuestros corazones, y expandirlo en la iglesia y nuestra ciudad.
La acción de gracias nos lleva a la puerta del tabernáculo. La alabanza a los atrios. Pero la adoración nos introduce en el interior de su casa, hacia su presencia y gloria. La forma en que podemos abrir los cielos en nuestras iglesias y ciudades es siendo adoradores persistentes, dadivosos y unidos, que están dispuestos a sacrificarlo todo por Jesús.
Nestor Jacque, con referencia al capitulo 3 del libro La casa favorita de Dios - Tommy Tenney
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