" Convertíos, hijos rebeldes, dice Jehová, porque yo soy vuestro esposo; y os tomaré uno de cada ciudad, y dos de cada familia, y os introduciré en Sion" Jeremías 3:14
Jeremías amonesta al pueblo a que
se convierta y deje su rebeldía hacia Dios. Ellos pusieron su corazón en dioses
paganos y en venalidades de la vida; no amaban a Dios con todas sus fuerzas, su
alma, su mente, ni todo su corazón.
Es necesario ser auto-críticos y
preguntarnos si hay algo o alguien por encima de Dios en nuestras vidas. Él
debe ser el centro y la razón de nuestro existir.
Si no es así, tenemos que volver a
sus pies y derramar todo nuestro ser, por su misericordia seremos perdonados
como la mujer que lavo sus pies con sus lágrimas. El siempre estará dispuesto a derramar su gracia sobre nosotros.
Dios tiene un deseo ardiente de introducirnos en Sion, quiere que habitemos en su Santo Monte, para que El sea nuestro único deleite y disfrutar del amor sincero de sus hijos amados.
Dejemos todo lo que nos separa de nuestro Padre Eterno.
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