“Porque el que se
enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.” (Mateo 23:12)
Existen dos
modelos extremos para ambos casos, por un lado Lucifer y por el otro Jesús.
Satanás se enalteció a tal punto que quiso competir en jerarquía con el mismo
Dios. Al contrario, Cristo se humillo haciéndose hombre y siervo hasta morir en
la cruz, y hacerse maldición por causa de nuestros pecados.
Lucifer pretendió
llegar a lo más alto por su rebeldía y terminara “al fondo” del lago de fuego.
Jesucristo se humillo haciendo la voluntad de su Padre, el cual le dio un
nombre que es sobre todo nombre y reinara sobre la Tierra.
Cada uno de
nosotros podemos elegir entre estos dos modelos, si pretendemos ser dueños y
amos de nuestras vidas, rechazando el señorío de Dios. O seguir los pasos de
Jesús, él nos marcó el camino, sigamos
su ejemplo de humildad y obediencia:
“Entonces
Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí
mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida,
la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.” (Mateo
16:24-25)
Si seguimos
a Jesús, reinaremos juntamente con El.
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