Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2017

Proclamando libertad

“Abraham Lincoln emitió una proclama declarando la emancipación de tres millones de esclavos. En un cierto día sus cadenas debían caer, y ellos iban a ser libres. Esa proclama fue puesta en los árboles y vallados dondequiera el Ejército del norte marchaba. Muchos esclavos no podían leer, pero otros leían la proclama, y la mayoría de ellos la creía; y en un cierto día se alzaba el feliz clamor: "¡Somos libres!" Algunos no lo creían, y permanecían con sus antiguos amos; pero eso no cambiaba el hecho de que eran libres. Cristo, el Capitán de nuestra salvación, ha proclamado libertad para todos los que tienen fe en Él. Tomémosle su palabra. Sus sentimientos no habrían liberado a los esclavos. El poder debe venir de afuera. Mirarnos a nosotros mismos no nos harán libres, sino mirar a Cristo con el ojo de la fe.” D. L. Moody, libro El camino hacia Dios. "Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. Y el es

El arrepentimiento no es un sentimiento

"Encuentro que muchísimas personas están esperando que les venga una cierta clase de sentimiento. Ellas querrían volverse a Dios; pero creen que no pueden hasta que este sentimiento venga. Cuando estuve en Baltimore acostumbraba a predicar todos los domingos en la cárcel a novecientos convictos. Difícilmente había un hombre allí que no se sintiera lo suficientemente miserable, ellos tenían mucho sentimiento. La primera semana o los primeros diez días de su reclusión muchos de ellos lloraban la mitad del tiempo. Sin embargo, cuando fueron liberados, la mayoría de ellos volvería exactamente a sus antiguos caminos. La verdad era, que ellos se sintieron muy mal porque habían sido atrapados; eso era todo. Así usted habrá visto a un hombre en el tiempo de juicio mostrando muchísimo sentimiento, pero muy frecuentemente ello es sólo porque se ha metido en problemas; no porque ha cometido pecado, o porque su conciencia le diga que ha cometido el mal ante los ojos de Dios. Parece que el j

Su bandera sobre mi fue amor

"Hace algunos años un hombre dejó Inglaterra y fue a América. Era un inglés; pero fue naturalizado, y así llegó a ser un ciudadano norteamericano. Después de algunos años se sintió intranquilo e insatisfecho, y fue a Cuba; y después de llegar a Cuba, estalló una pequeña guerra civil allí; esto fue en 1867; y este hombre fue arrestado por el gobierno español como un espía. Fue juzgado por una corte marcial, encontrado culpable, y se ordenó que fuera fusilado. Todo el juicio fue llevado a cabo en idioma español, y el pobre hombre no sabía lo que estaba sucediendo. Cuando le dijeron el veredicto en el que fue declarado culpable y que había sido condenado a ser fusilado, se comunicó con el Cónsul norteamericano y con el Cónsul inglés, y expuso todo su caso ante ellos, probando su inocencia y reclamando protección. Ellos examinaron el caso, y encontraron que este hombre a quien los oficiales españoles habían condenado a ser fusilado era perfectamente inocente. Fueron al General españ

Secretos de un avivamiento

“Visité el pueblo de Antwerp, en la parte norte del condado de Jefferson. Me detuve en el hotel del pueblo, y ahí supe que no había reuniones en ese entonces. Mediante esfuerzos personales conseguí que varias personas se instalaran en el recibidor de una señora cristiana, y les prediqué en la tarde luego de mi llegada. Pasé por el pueblo y quedé estupefacto por la horrible profanidad entre los hombres adonde fuera que iba. Obtuve permiso de predicar en la escuela el domingo siguiente, pero antes de ese día estaba muy desanimado, y casi escandalizado por el estado de la sociedad que presenciaba. El sábado el Señor puso con poder en mi corazón las siguientes palabras, dirigidas por el Señor Jesús a Pablo (Hechos 18:9-10): "No temas, sino habla, y no calles; porque yo estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad". Esto sometió mis temores completamente, pero mi corazón estaba cargado con agonía por la gente