"Así que [Jesús], si estuviese sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote…" (Hebreos 8:4)
"En otras palabras, El se encuentra en otra dimensión, en aquel lugar celestial. Su posición sacerdotal sería invalidada por cualquier cosa que sea inferior, pues Su verdadera existencia y realidad se encuentra en el santuario celestial. Si El morara en la tierra, es decir, si Sus valores y Su mentalidad fueran terrenales, entonces ni siquiera sería Sacerdote.
La intención de Dios es que aquellos que están hechos a Su imagen vivan en la realidad del cielo así se encuentren aún en la tierra. Estos estarán sobre la tierra pero no morarán dentro de ella. Cuando esclarezca en el final de la era, en aquel clímax escatológico, solamente se encontrarán dos especies de humanos sobre este planeta. Dos especies divididas por el cielo y la tierra y no por razas.
Los corazones de aquellos que moren en la tierra desfallecerán por el temor de las cosas que vendrán sobre ésta. Esto les sucederá porque lo terrenal es lo único que conocen y lo único por lo cual velan y esperan. Todos sus valores están establecidos allí. Son terrícolas, mientras que los otros son aquellos que moran en el cielo. Los moradores del cielo quizás estén en la tierra, pero no es su lugar de habitación. La tierra no es donde residen sino es el lugar donde sirven.
La mayoría de nosotros los cristianos somos terrícolas anclados en este planeta. Estamos demasiado atados a su jalón gravitacional, demasiado conectados por lazos almáticos de afecto y por inversiones terrenales, y es por esto que se va a necesitar de un giro radical del alma para poder ascender al lugar celestial."
Arthur Katz, libro Fundamentos Apostólicos
"En otras palabras, El se encuentra en otra dimensión, en aquel lugar celestial. Su posición sacerdotal sería invalidada por cualquier cosa que sea inferior, pues Su verdadera existencia y realidad se encuentra en el santuario celestial. Si El morara en la tierra, es decir, si Sus valores y Su mentalidad fueran terrenales, entonces ni siquiera sería Sacerdote.
La intención de Dios es que aquellos que están hechos a Su imagen vivan en la realidad del cielo así se encuentren aún en la tierra. Estos estarán sobre la tierra pero no morarán dentro de ella. Cuando esclarezca en el final de la era, en aquel clímax escatológico, solamente se encontrarán dos especies de humanos sobre este planeta. Dos especies divididas por el cielo y la tierra y no por razas.
Los corazones de aquellos que moren en la tierra desfallecerán por el temor de las cosas que vendrán sobre ésta. Esto les sucederá porque lo terrenal es lo único que conocen y lo único por lo cual velan y esperan. Todos sus valores están establecidos allí. Son terrícolas, mientras que los otros son aquellos que moran en el cielo. Los moradores del cielo quizás estén en la tierra, pero no es su lugar de habitación. La tierra no es donde residen sino es el lugar donde sirven.
La mayoría de nosotros los cristianos somos terrícolas anclados en este planeta. Estamos demasiado atados a su jalón gravitacional, demasiado conectados por lazos almáticos de afecto y por inversiones terrenales, y es por esto que se va a necesitar de un giro radical del alma para poder ascender al lugar celestial."
Arthur Katz, libro Fundamentos Apostólicos
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